domingo, 6 de abril de 2014

ASÓMATE A LA VENTANA

Todo empezó cuando estaba hablando con un amigo sobre música. Empezamos a discutir sobre si podía medirse lo bueno o malo que era un artista en función de algún parámetro. Se nos planteó la idea de que quizá el número de ventas de entrada, discos, publicidad, repercusión en la gente o su presencia en la radio podría indicarnos algo. (Hoy se, o creo saber, que no se puede decir que ninguno sea mejor que otro). Entonces mi compañero de plática defendió que su artista favorito era mucho mejor que el mío, puesto que el suyo tenía mucho mejores números que los del mío. Dejemos a un lado la parte anecdótica y pasemos a la reflexión:

Mucha gente se piensa que solo se ve en los medios de comunicación como televisión, radio o periódicos, los temas más importantes o los que deben interesar más. Nos hemos acostumbrado a que seleccionen la información que debemos recibir. Esto nos lleva a que Cristiano Ronaldo ocupe media hora en un telediario y a que cuando se pregunte por Rosa Parks se tenga que buscar en la Wikipedia quién fue. Me preocupa que un niño crezca conociendo la alineación del equipo de fútbol líder de la liga y admirando lo bien que se lo han montado Rafa Mora y Belén Esteban, y no sepan la aportación de Martin Luther King o Rigoberta Menchú a lucha por los derechos de los que hoy disfrutamos. Es más famoso Justin Bieber que José Saramago. Un niño le dice a su papá “De mayor quiero tener tres coches una casa gigante” y la respuesta es “Así me gusta hijo, que aspires alto”.

Hemos confundido importancia con dinero y fama, y en parte es culpa de que en un periódico se diga que 350.000 personas se manifestaron por sus derechos en Sol y 1.500.000 de personas no pudieron comprar una entrada para el partido del Barcelona (Sean reales o no esas cifras). Admiramos a Michael Jordan porque pensamos que fue un héroe, pero desconocemos el nombre del hombre que se puso delante de los tanques en China.



Quiero concluir diciendo que no voy a dejar de admirar a personas tan triviales como Kobe Bryan y que no quiero que ustedes dejen de ver “Mujeres y Hombres y Viceversa”, pero no dejen de observar lo que ocurre en su entorno solo porque no ocurre delante de su sofá, asómense a la ventana. 

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